Sábado 27. Son las diez de la mañana y los autobuses están a punto de salir dirección Sevilla. Ya hemos llegado todas, preparadas para el largo viaje. ¡Empieza la convi! Doce horas de viaje, doce horas conociendo a gente nueva, doce horas compartiendo risas y alegrías…
Domingo 28. Vemos nuestra primera procesión: La Borriquita. Nos fascina la elegancia y la piedad de todos los sevillanos. Hablamos con un costalero, nos explica lo que pesa un paso y el honor que supone para ellos llevar a Cristo en sus espaldas. También nos dice que has de estar unos años como nazareno antes de poder ser costalero y que cada año hay mucha gente que se queda sin poder llevar a la Virgen o a Cristo a sus espaldas. También comenta que “ahí abajo” todos somos iguales: lo mismo va un notario, un paleta, un torero, un profesor universitario, etc. rezando horas y horas.
Lunes 29. Partimos hacia la Base Naval de Rota. Los militares nos enseñan los aviones de guerra y los de ayuda humanitaria que fueron a Haití. Los marines nos enseñan el único y mayor portaviones de España, el “Príncipe de Asturias”. Es bonito porque arriesgan su vida por salvar o facilitar el rescate de personas en situaciones dolorosas y se sienten orgullosos aunque a veces pasen miedo, les cueste estar meses lejos de su casa, etc.
Nos vamos a comer a la playa “El puerto de Santa María”. Tomamos el sol, nos hacemos fotos, escribimos cosas en la arena, hacemos castillos humanos…
Martes 30. Vamos a pasear por la playa a caballo, una experiencia increíble que nunca olvidaremos. Luego vamos al Rocío y visitamos a Nuestra Señora para pedirle por nuestras intenciones. Agarrándonos a las rejas que nos separan de la Virgen le rogamos con fe que nos las conceda.
Ese mismo día por la noche podemos presenciar el recogimiento de los estudiantes andaluces acompañando el paso de su Virgen. Van todos en silencio, en Sevilla es posible rezar en la calle.
Miércoles 31. Tour por Sevilla. Alquilamos 70 bicis (para la mitad de la convi) y nos vamos toda la mañana de excursión por Sevilla. Vemos la Torre del Oro, la Plaza de España, el río Guadalquivir, visitamos la Macarena y el Gran Poder. Comemos en Sevilla y nos hacemos fotos para no olvidar nunca este día.
Jueves 1. Estando en Sevilla no nos podía faltar un poco de la cultura, así que esta mañana hemos ido a visitar el museo flamenco y nos han enseñado a bailar flamenco, una pasada!
Como es Jueves Santo, nos vamos a pasar la tarde a Sevilla y hacemos la visita a los siete monumentos. Es súper bonito ver como la gente va de iglesia en iglesia haciendo compañía al Señor.
Viernes 2. Madrugamos para ver las procesiones y toda Sevilla está de luto. Vemos la Macarena en la famosa calle de Santa Ángela de la cruz, donde la Virgen saluda a las monjas de clausura en su convento. Allí las monjas le cantan la salve y los sevillanos le echan piropos y le cantan saetas. Después vamos a buscar al Cristo de los gitanos y a la Virgen de Triana. Es uno de los pasos más largos porque tiene mil ochocientos nazarenos y penitentes.
Regresamos al colegio a comer. Por la tarde una chica que está de voluntaria en la próxima JMJ nos cuenta anécdotas de Benedicto XVI. A las cinco tenemos los oficios y viacrucis, para acompañar al Señor durante la pasión.
Sábado 3. ¡Nuestro último día en Sevilla! Nos vamos a pasear por la ciudad para despedirnos, visitar las últimas cosas que nos faltan y comprar algunos recuerdos. También nos hacemos fotos.
Por la tarde hablamos de Lituania, nuestro próximo gran encuentro. Nos impresionan las anécdotas que nos cuentan las que ya han tenido la oportunidad de ir. Luego hacemos un partido de básquet interclubs y una guerra de agua. Nos arreglamos para asistir a la Misa más importante del cristiano, la de la Resurrección del Señor.
Nos despedimos de las guías sevillanas y empezamos nuestro viaje de vuelta. Salimos a la una da la madrugada, y agotadas por todas las experiencias vividas nos dormimos. Nos despertamos a las nueve de la mañana en Alicante y paramos a desayunar en un área de Servicio. De nuevo emprendemos el viaje hacia Barcelona. Llegamos a la una y media.
Se ha acabado la convivencia, pero todo lo que hemos vivido se queda en nuestro corazón. En Sevilla hemos descubierto lo que significa vivir bien la Semana Santa (que no incluye el levantarse a las doce, hacer el vago todo el día…) y hemos conocido y convivido con muchísima gente. Sevilla es una experiencia que es difícil de vivir en cualquier lugar: aprovechas el tiempo, te lo pasas bien, vives la semana santa cerca del Señor y de la Virgen…Además hemos visto la película de la Pasión y eso también nos ha ayudado a recordar todo lo que hizo el Señor por nosotros durante este tiempo.
Queremos dar las gracias a Carena y a todas las personas que han hecho posible esta convivencia, y por hacerla posible a cualquier persona.
